viernes, 3 de agosto de 2012

Siempre soy la misma....

Los errores me llevaron a pensar que no valia la pena afrontar algo que no valia la pena si no me hacia FELIZ, a consecuencia de eso me di cuenta que deje pasar tiempo, antes de darme cuenta que no rescataba ninguna enseñanza positiva sobre las acciones "afrontadas", empece a admirar a mis enemigos, empeze a darme cuenta que accionaba mal ante una situacion, mezcle el concepto de ser " frontal y directa " ,con ser " agresiba" con la gente, empece a dudar de mis supuestos "CODIGOS" empece a dudar ,de que podia corregir mis errores.... Hoy soy mas insegura con respecto a mis acciones y mi manera de acceder con los demas, me tengo miedo a mi misma, hasta ese punto llegue, y llegue a sentirme en una situcion de vunerabilidad y debilidad emocional..... Ya no m complace fumarme uno para relajar mi mente, por siento que me olvido de lo que aprendi y que de apoco mi mente deja de funcional. Ya no siento que me quiero, siento que me odio, que no soy capaz de afrontar una situacion con fuerza si no es con agresividad, si gente ( volvio la solange de antes) perdi el contro de mi ser, perdi las agallas me perdi a mi misma, siento que me falta recorrer el camino de la vida, pero en este punto siento que ya eh recorrido o suficiente para decir "BASTA" me canse de que siempre me hagan sentir la culpable de todo lo que te pasa! me siento muy mal conmigo misma y lo conseguiste!! esto paradójicamente es contradictorio, todos me dicen lo mismo, pareciera que se pusieron de acuerdo para que llegue a un punto de hagarrar un arma y sentir lo que es ponersela en la cien... 

A través de nuestros errores tenemos la oportunidad de reflexionar y aprender algo nuevo. Cuando revisamos las consecuencias de una acción que acabamos de realizar, es cuando podemos reconocer el error que cometimos. Debido a esto, nos resulta tan difícil prevenir algunos errores, porque sólo podemos reconocerlos una vez que los hemos cometido.
Desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar nuestras equivocaciones amplía nuestra visión de la realidad, nos impulsa a asumir nuestra responsabilidad y nos enseña, además, a reconocer la presencia de personas afectadas por las consecuencias de nuestras equivocaciones.
Oímos a diario frases como: "Cometer errores es humano", "Un error lo comete cualquiera", etc. pero, lo más importante, es que tengamos la disposición de asumir el compromiso de hacer cuanto sea necesario para corregirlos. Algunos padres, por ejemplo, temen reconocer un error frente a sus hijos por miedo a perder su autoridad o el respeto por parte de ellos, cuando, en realidad, hacerlo sería una señal de sabiduría, humildad y amor.
Desde luego que no es sencillo aceptar nuestras equivocaciones, pues hiere nuestra autoestima. A veces nos da pena que otros descubran que hemos cometido un error; otras, quedamos paralizados por el miedo de volvernos a equivocar, o también puede suceder que en vez de asumir nuestra responsabilidad y reparar nuestros errores, busquemos culpar a alguien de ellos. En realidad, saber que tenemos derecho a equivocarnos y estar dispuestos a aprender de ello, nos da la libertad de ser auténticos, de tomar decisiones más acertadas y nos concede el permiso para atrevernos a realizar actividades nuevas con más seguridad y confianza.
En algún momento, nos llegará el día en que hemos cometido un error grave, pero, a pesar de la vergüenza que podamos sentir, no debemos huir de la responsabilidad ni ponernos agresivos o defensivos cuando otros nos hagan una observación al respecto; nuestra meta deberá ser, en ese momento, tratar de reparar el daño de la forma más digna posible. Muchas personas creen que reconocer un error puede ser una señal de debilidad y que, además, puede representar la posibilidad de perder el respeto por parte de los seres queridos… ¡No es así! Definitivamente, el admitir que nos equivocamos nos merece el aprecio y la estima de ellos, especialmente si nos ven hacer el esfuerzo para superarlo y no repetirlo. Asumir nuestros errores nos permite crecer y madurar internamente. Además, todas las equivocaciones son una oportunidad para aprender algo nuevo acerca de nosotros mismos, de los demás y de la vida.
Hay dos maneras simples de aprender y madurar: lo hacemos por error y acierto, reconociendo y asumiendo las consecuencias que se generan de nuestras elecciones. Si tienes hijos, la próxima vez que uno de ellos cometa un error pídele que asuma su responsabilidad sin presionarlo o castigarlo inmediatamente por la equivocación cometida. En su lugar, explícale las posibles consecuencias e invítale para que participe en el proceso de encontrar la solución y el medio para que no vuelva a suceder.
Pensamos, con frecuencia, que los errores son un fracaso, pero, en realidad, podemos verlos como una herramienta valiosa que nos permite aprender, crecer, hacer cambios y superar las limitaciones.